lunes, 14 de junio de 2010

Caso La Oroya

En la Oroya, ciudad enclavada en los Andes centrales de Perú, la contaminación causada por el complejo metalúrgico de Doe Run ha superado todas las marcas mundiales y no sólo afecta al 99% de sus 33.000 pobladores, sino que ahora hasta los bebés nacen contaminados con plomo en la sangre. Un panorama desolador...

La Oroya ha sido declarada como una de las diez ciudades más contaminadas del mundo por el Instituto Blacksmith y está ubicada a 175 kilómetros de Lima, una distancia corta pero que requiere cinco horas de viaje en automóvil, dada la complejidad de un camino que atraviesa una accidentada cadena de montañas (en la que destaca la cima de Ticlio, ubicada a 4.818 metros de altura y donde se encuentra el cruce de trenes mas alto de la Tierra).

Apenas se llega a La Oroya se puede observar cómo la actividad minera ha afectado el paisaje natural y cubierto de residuos químicos las montañas que rodean a la ciudad, sentir de inmediato un ardor en los ojos y respirar un aire cargado, debido a la emisión continua de plomo y azufre de la empresa estadounidense Doe Run.

La ciudad tiene un aspecto muy particular: pareciera, de hecho, que acaba de sobrevivir a una guerra nuclear. Está construida alrededor del complejo metalúrgico que posee la enorme chimenea emisora de humos; de acuerdo al Consejo Nacional de Medio Ambiente (CONAM) de Perú, esa chimenea emite a diario 1.067 toneladas métricas de gases tóxicos, los que, según la dirección del viento, pueden llegar hasta la ciudad de Huancayo, ubicada a 120 kilómetros.

1 comentario:

  1. Bueno el aporte, debemos hacer algo para detener la excesiva contaminación. Si los niños no pueden desarrollarse correctamente,el futuro de la Oroya es incierto.

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